hechizo con lucidez ... y seducción con sabiduría.
Frejya es la diosa del amor y de la fuerza salvaje de la pasión y del éxtasis. Conoce el poder femenino de la sensualidad... Con él puede conseguir lo que quiere aunque (cuando ejerce este peligroso atributo sólo para sí misma) suele pagar un precio tan duro como el que pagaría cualquier mujer de carne y hueso.
Ella pertenece a una mitología ”diferente” a las que estamos acostumbrados a recorrer. El Walhalla no es, como el Olimpo o el Cielo, un lugar de eternidad, ni hay en este panteón dioses “creadores”. Lo originario en esta mitología es la fuerza natural de laTierra (agua, hielo, Sol) y sobre ella van naciendo gigantes y dioses.
Frejya se parece a Venus en tanto es también una diosa de la hermosura, del amor y del cortejo. E igual que Venus, es aficionada a los adornos y las joyas, a extremos a veces muy osados (¡llegó a acostarse durante cuatro días seguidos con cuatro enanos forjadores del centro de la Tierra, con tal de obtener un maravilloso collar de oro que ellos habían tallado). Y aunque su amante, el dios Odín, le ordenó devolverlo, ella terminó por quedárselo.
Pero esta Venus germánica viene ya con mucho “Marte”. En tanto guerrera germánica se la conoce como Valfrejya, y suele encabezar la cabalgata de las Walkyrias en el campo de batalla. En este caso se viste con un casco, escudo y lanza, más un corselete de guerra (pero de la cintura para abajo lleva una femenina falda).
Esta diosa bella y guerrera, también tiene mucha “Luna” adentro y en ocasiones era considerada como la personificación de la Tierra. Como tal, se desposó con Odur, símbolo del sol de verano, a quien amaba mucho y con el que tuvo dos hijas bellísimas.
Pero Odur, de espíritu inquieto y cansado de la vida sedentaria matrimonial, un día abandonó el hogar súbitamente dejando a Frejya triste y abandonada. Ella lo lloró amargamente por mucho tiempo. Pero un día se cansó de su condición de viuda y salió por el mundo a buscarlo, atravesando tierras peligrosas y aventuras de todo tipo, en un carro tirado por dos gatos. El mito dice que las lágrimas que derramó en esas lejanas tierras se convirtieron en oro. Muy lejos en el soleado sur, finalmente, Frejya encontró a Odur... Y juntos y felices, emprendieron el camino de regreso.
De movimiento rápido, acción direccionada e intencional (a veces maliciosa), Frejya expresa una energía que no necesita del “lugar preferencial” o de la seguridad en los vínculos. Por el contrario, ama el movimiento y detesta los lugares fijos.
Ella enseñó muchas artes femeninas a su amado Odur mientras que él, se supone, la entrenó como guerrera. Esta alquimia los transformó en “amantes cósmicos” sin dejar de compartir, cada tanto, situaciones de manipulación y venganza muy semejantes a las humanas.
Por provenir del mundo de los “elementales”, Frejya siempre estuvo cerca de la pasión salvaje de los Elfos y las Hadas, quienes la consideraron una de sus mayores sacerdotisas. Como shamana, ella volaba por los distintos mundos para ver todo lo que ocurría y también conocía los secretos de la curación por las hierbas, los sueños, la adivinación y la magia sexual.
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